lunes, 21 de marzo de 2016

LECTURA EN EL SUPER

Aviso: abstenerse de leer los nutricionistas y amantes de la comida sana sin humor.

Sí habléis leído bien, y con este título no me estoy refiriendo a un nuevo super con biblioteca o que una entre en cualquier gran superficie se siente en el primer pasillo forrado de linóleo a leer las últimas novedades en literatura, a lo que realmente me refiero es que ahora con esta moda de la comida sana ir a comprar supone un auténtico reto.

Ahora no sólo nos preocupan los conservantes, ni las calorías, si el congelado es bueno o mano, eso son nimiedades, ahora la cosa se complica y si al menos durante el rato que dedicas a tu compra de mes o la semana, si no te lees como mínimo un par de etiquetas eres una analfabeta alimenticia, y por culpa de tu incultura te estás matando poco a poco, si si cómo lo oyes.

Pues cuando una que ya se había acostumbrado a los productos bajos en calorías, a los zumos hechos solo con fruta  y demás productos "naturales" resulta que es un engaña bobos, si amigas y amigos nos engañan!!!! Y no sólo eso...sino que resulta que durante años los nutricionistas (una profesión en auge dentro de esta sociedad) se habían estado guardando información, porque no me creo que de repente hallan descubierto tanto alimento nuevo en tan poco tiempo, porque sinceramente yo tengo treinta y ocho años y hasta hace dos no sabia que existía un cereal que se llamaba quinoa, ni de la leche de avena, coco, arroz... Porque ahora el mundo leche es la leche (valga la redundancia).

Así que ahí estoy yo, en el interminable pasillo de leches del supermercado haciendo caso de las últimas tendencias en nutrición y llevándome a mi casa  una leche rara de esas que venden ahora, que lo único que hace es demostrarme que como la leche de vaca no hay nada de nada, será mala para mi organismo pero al menos sabe mejor que el aguachirri ese que se atreven a llamar leche solo porque es de color blanco.

Pero a pesar de esa experiencia fallida, yo tonta de mi, sigo haciendo caso a lo que me dicen y sigo mira que te mira  las etiquetas dejándome los ojos con la letra pequeña y simulando entender que significan todo ese conjunto de letras y números sin sentido, incluso para el que redactó la maldita etiqueta, y al final me voy del supermercado  más orgullosa de mi misma, que el elfo de Harry Potter con el calcetín de su amo, para llegar a mi casas y darme cuenta que que durante el camino a mi hogar han sacado otro estudio y lo que tengo en mi casa también es veneno para mi organismo, pero claro como ya lo tengo en mi nevera  y el dinero cuesta mucho ganarlo voy y me lo cómo, y de nuevo otra compra fracasada...

Pero como buena seguidora de tendencias no desisto y sigo cometiendo error tras error...

Porque resulta que la stevia si no la comprar en una herboristeira no es buena.
Los cereales integrales pueden lleven azúcar.
El pan integral si no te lees la etiqueta resulta que pueda acabar siendo una bomba caloría.
Y así una detrás de otra...
Y al final una se desespera y el día que no tiene ni ganas y tiempo de pegarse leyendo dos horas  dentro del supermercado, acaba comprado bollos y chucherías cómo si fuera el único ser humano que sabe que se hacerla una panadería zombi y ese tipo de alimentos son lo que en realidad le van a salvar la vida.

Porque al final una sabe que hay que comer sano y que somos lo que comemos bla bla bla y no les voy a quitar la razón, pero también una sabe que sólo se viven dos días y no es cuestión de comer uno acelgas y el otro crema de calabaza.

Pero a pesar de todo, una que es sabia y no desiste en llevar una vida saludable  siguiendo las nuevas tendencias nutritivas, pero sin olvidar de vez en cuando, acudir a un buena chuletada o a disfrutar de una buena fabada, porque aunque ambas comidas rozan el pecado de la gula, también son consideradas comidas sanas y naturales.




1 comentario:

  1. Jajaja me siento muy identificada con esta entrada! Y recuerda, la fabada y el chuleton,si están hechos como dios manda, son mucho más sanos que el pan integral de mentira hecho a base de harina blanca y un poco de salvado...En cuanto a las etiquetas, ya tienes práctica mujer, en un momento distingues lo bueno de lo malo!

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